Crecer rodeado de amigos es una garantía para el desarrollo integral de tu hijo. Vincularse con otros y entablar una relación de amistad será uno de los principales aprendizajes durante su infancia.
En la niñez todo es risa y juego. En ese contexto, la amistad es cosa seria. Lo tienes que tener claro: los amigos son fundamentales para el crecimiento de tu hijo y su salud psíquica y emocional.
En la escuela, el recreo constituye un tiempo y un espacio privilegiados para promover la socialización entre los niños, que aprenden a integrarse con los demás, pese a que tal vez no compartan intereses lúdicos e intelectuales. En el patio o en el parque los niños juegan, practican un deporte y hasta comparten algo para comer. Justamente, porque al compartir (bienes, tiempo, espacios, dinero) se aprende y la infancia es el tiempo ideal para ello. Valores como el de la amistad crecerán en el interior de tu niño, enriqueciendo su personalidad.
Ser aceptados por el grupo resulta importantísimo para los pequeños. De eso dependerá el aumento de su autoestima y su capacidad para congeniar con otros a través de la conversación, el entretenimiento, la merienda o el descanso. Por eso es en la niñez cuando la amistad, como vínculo incondicional, se convierte en un tesoro incalculable.
Crecer con amigos, ayuda a tu hijo a:
- Aprender a compartir desde pequeño.
- Integrarse al grupo.
- Sentir el placer de ser importante para otro.
- Ser aceptado por los demás.
Esos lazos genuinos, surgidos en la etapa más espontánea y feliz de la vida, por lo general, se mantienen a través de los años y, en no pocos casos, perduran para siempre. Por eso no es de extrañar que los amigos de toda la vida sean aquellos que conocen nuestras debilidades y fortalezas más íntimas.